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Lo que un niño hace puertas afuera lo aprende puertas adentro

Si bien hay excepciones a esta regla que presenta el Talmud, creo que un gran porcentaje concuerda con la idea de que las manzanas no caen muy lejos del árbol. Y la lógica es distinta a que las manzanas podridas terminan afectando el cajón completo.

Lo novedoso, al menos para mí, fue el haber visto este fenómeno aplicado también al mundo online. En los más de 10 mil alumnos que investigamos este año, notamos que gran parte de los problemas de imagen de los jóvenes venían de sus hogares: inseguridad, baja autoestima y falta de regulación.

Es más, los últimos estudios indican que casi el 40% de los niños que sufren algún grado de adicción digital, al ser consultados, dicen que sus padres son dependientes del teléfono.

Dos preguntas para reflexionar: 1) ¿Los conflictos no resueltos de los padres, los heredan los hijos? 2) ¿Puedo sancionar a mi hijo por hacer cyberbullying, mientras disfruto de Kramer burlándose de las “características” del Presidente o a Yerko Puchento de Sebastián Dávalos?

En educación la puerta del hogar es de vaivén, y aunque suene paradójico e incluso parezca que me contradigo, creo que es más efectivo alabar la coherencia de los padres que atacar su hipocresía.